En un mundo saturado de publicidad como el actual, el marketing de experiencias cobra sentido. Es la mejor manera para destacar frente a la competencia y es una oportunidad única para conectar con los compradores a través de las sensaciones y emociones.
En la carrera para alcanzar los corazones y llegar al top of mind de los compradores, el marketing de experiencias es sólo una pata más de la estrategia omnicanal. Cuando el consumidor finaliza una compra, no sólo se queda con el producto adquirido, sino que, además, se lleva el recuerdo de la experiencia vivida en el proceso y la imagen proyectada de la marca.
Un ejemplo de ello, son las pop-up que llevan algunos años apareciendo por todas partes. Este tipo de tiendas aparecen por un tiempo limitado, permitiendo que las marcas se vuelvan más creativas y desarrollen campañas únicas de marketing.
Desde café hasta joyería o muebles, te presentamos tres ejemplos de campañas de marketing de experiencias muy bien ejecutadas:
MatchCafé para San Valentín
Para celebrar el día de San Valentín en 2017, Nescafé realizó una campaña con Tinder donde enviaba a todos los usuarios que hacían ‘match’ una invitación directa para disfrutar de la primera cita en un café-librería decorado románticamente por la marca. Una de las mesas de la cafetería contaba con una máquina de la verdad, donde también se sentaba una psicóloga experta en expresión no verbal.
El espacio, ubicado en el centro de Madrid, estuvo abierto tan sólo los días previos al 14 de febrero para que los usuarios que se conocían virtualmente quedaran en un entorno cálido y agradable. Para ir, tan sólo era necesario hacer una reserva online a través de la página web.
Este es un gran ejemplo de una marca que adopta una tendencia social, en este caso, el auge del uso de aplicaciones y webs de dating para conocer a gente y “enamorarse”, facilitando un lugar de encuentro con un café entre manos. No conocemos el número de parejas que salieron de esta acción, pero seguro que esta campaña le facilitó el trabajo a Cupido.
Ikea – El hotel salón
La marca sueca, muy conocida por sus muebles low cost, abrió hace unas semanas en Madrid un nuevo espacio efímero: el Hotel Salón Ikea, donde todas sus estancias en lugar de habitaciones eran salones para todos los gustos en los que era posible alojarse. La multinacional es experta a la hora de innovar en el punto de venta, haciendo que millones de consumidores pasen por sus tiendas a diario.
Durante algo más de dos semanas, decoraron el mítico edificio Richard Gans (calle Princesa, 66) con la premisa de “vamos a desmontar la idea de salón que tienes en la cabeza” y mostraron la versatilidad que ofrece esta estancia a través de 8 diseños diferentes.
Ikea ha sabido sacar partido al concepto de espacio efímero democratizando la decoración para todos los públicos y sabiendo exponer el resultado de bellos y prácticos espacios al alcance de todos.
Los secretos al descubierto de la marca Pandora
Con motivo de la presentación de la colección primavera-verano 2017 de esta conocida firma de joyas en Madrid, se creó un espacio único dedicado al universo Pandora.
Este concepto efímero permitió la combinación de gastronomía, decoración y moda para poner en valor cada una las piezas de la colección, ofreciendo una imagen de marca original y exclusiva. Un ejemplo de ello es que todos los asistentes al evento pudieron ser testigo de todo el proceso de inspiración y creación de cada una de las piezas gracias a dos artesanos tailandeses.
Este tipo de acciones permiten fidelizar de manera creativa a los compradores, haciéndoles partícipes de los valores y la esencia de la marca para convertirlos en verdaderos embajadores de sus productos.