Existen distintos tipos de ecommerce, que son posiblemente, el activo más importante que comparten empresas tan dispares como Amazon, Netflix, Carrefour, Spotify, Worten o BlaBlaCar. Auténticos gigantes en sus respectivos sectores que basan su modelo de negocio (o buena parte de él) en la versión electrónica del comercio.
Al igual que el viejo intercambio de bienes por el método tradicional, la esencia es la misma. Uno tiene, ofrece y vende. El otro quiere, ofrece y compra. El ámbito de actuación es amplio y diverso. Por ello, los distintos autores que han reflexionado sobre el asunto han encontrado un sinfín de criterios sobre los que simplificar y especificar categorías en función, por ejemplo, de los actores que formen parte de la compra-venta (no es lo mismo entre dos consumidores que entre dos empresas), según el tipo de plataforma o según el tipo de bienes y servicios a disposición.
En cualquier caso, parece unánime que la consideración más relevante para clasificar los tipos de ecommerce es la que engloba a los tres agentes más importantes a la hora de hacer negocios: empresa privada, consumidor y administración pública. Tres elementos relacionados de distinta manera que dan lugar a las seis combinaciones más relevantes:
- B2B (business to business). Transacciones comerciales realizadas a través de la red que conecta empresas o corporaciones. Alibabá es un buen ejemplo.
- B2C (business to customer). El modelo más habitual. Una empresa pone sus bienes a
disposición de sus clientes, como Privalia.
- C2B (customer to business). Mismos agentes que en el anterior modelo, pero la transacción se desarrolla en el sentido inverso. Es decir, una economía colaborativa donde el cliente ofrece bienes a empresas.
- C2C (customer to customer). Consumidores finales que se relacionan entre ellos y que
requieren de un intermediario o plataforma de encuentro como es el caso de Wallapop.
- B2A (business to administration). Las empresas interactúan directamente con la administración en asuntos varios como el pago de impuestos, tasas, documentación, etc.
- C2A (customer to administration). Idéntica interacción, pero, en lugar de empresas, individuos cumpliendo con sus obligaciones y haciendo uso de sus derechos administrativos.
A partir de aquí podemos introducir otros enunciados para clasificar los tipos de ecommerce. Si tenemos en cuenta los bienes que forman parte de las transacciones, encontraremos cantidad de productos analógicos que van desde la ropa hasta la alimentación pasando por droguería o menaje (El Corte Inglés puede ser un buen exponente) donde se entremezclan los modelos on y offline. De productos digitales como cine o música (Spotify) y de servicios varios como la venta de seguros médicos o de coche o los clásicos portales de venta de entradas para cine y teatro (Ticketea).
Si echamos un vistazo al catálogo de posibilidades que ofrece un gigante digital como Ebay nos daremos cuenta de que engloba una cuarta categoría, que podríamos definir como mixta ya que es posible comprar desde unos vasos hasta la primera temporada de una serie televisiva. En otras categorías podríamos analizar el ecommerce si tenemos en cuenta su modelo de negocio. Éste puede estar basado en la publicidad online donde los ingresos llegan a través de campañas publicitarias en webs de mucho tráfico.
También se hace negocio a través de la Suscripción, donde el consumidor adelanta el dinero y se fideliza al poder interactuar con margen de tiempo. Existe la opción de la Afiliación donde el tráfico web se redirecciona hacia terceros. La clásica Tienda Online también forma parte de esta clasificación dentro de los tipos de ecommerce ya que se ofrecen los productos directamente a los consumidores finales. Otra categoría es la conocida como Freemium, una mezcla de lo gratis (free) con posibilidad de pago (premium). El ejemplo más conocido pueden ser las Apps de juegos donde una vez completas la descarga e instalación en tu smartphone te permiten jugar, por ejemplo, una carrera de coches de F1. Es gratis pero una vez progresas y quieres probar con nuevos coches y nuevos circuitos debes abonar una cantidad.
Por último, las dos modalidades de economía colaborativa como el Crowdfunding y el Crowdsourcing donde una plataforma, que se lleva un pequeño porcentaje, sirve de meeting point para tejer redes económicas que den sustento a proyectos o externalizaciones. Así vemos que, sea cuales sean los tipos de ecommerce, todo son ventajas. Los costes disminuyen considerablemente y los beneficios, por tanto, aumentan. De esta manera, el control económico del proceso es mucho más estricto y la experiencia es satisfactoria para todas las partes.